Entre 2 y 4 horas
General
Entre 1 y 3 días
Entre 1 y 2 semanas
Visibles en la 1ª semana
El objetivo fundamental de esta cirugía es reconstruir los contornos de una oreja normal, independientemente del tipo de defecto que presente y de su causa. El pabellón auricular posee unos relieves muy complejos. Aunque durante años se han utilizado diversos materiales para intentar reconstruir la oreja, es el cartílago procedente de las costillas del propio paciente el que ha demostrado ser el más adecuado.
Cuando el defecto es pequeño, la cirugía puede realizarse en una sola fase. Pero, en muchas ocasiones, sobre todo en los casos congénitos, la cirugía se suele realizar en dos tiempos:
Primer tiempo: creamos la nueva oreja.
Moldeamos el cartílago costal para reconstruir los relieves normales de una oreja.
Segundo tiempo: le damos un aspecto más natural.
Levantamos la oreja por su parte posterior, creando un espacio por detrás que le da mayor naturalidad y estética, sobre todo desde una visión frontal (surco postauricular).
Entre la primera y segunda fase debemos dejar un intervalo de al menos 6 meses, dependiendo de la situación particular de cada paciente.
Los doctores Pablo Rodríguez-Jara y Beatriz Albarracín Arjona son cirujanos especialistas en reconstrucción del pabellón auricular con decenas de casos tratados y una formación de prestigio internacional con la Dra. Françoise Firmin (París), Dr. Stéphane Guichard (París) y el Dr. Fernando Molina Montalva (México DF).
Dependiendo del caso y del defecto, el tiempo medio de ingreso es entre 1 y 3 días. Normalmente, solo se necesitan analgésicos durante las primeras 24-48 horas.
Se le darán una serie de recomendaciones para el cuidado de la herida del tórax y la oreja.
En 1-2 semanas, el paciente podrá reincorporarse al trabajo.
La recolección del cartílago costal deja una cicatriz muy fina de unos 5-6cm de longitud, dependiendo del caso. La cicatriz será prácticamente imperceptible siguiendo nuestras recomendaciones.
El tórax no sufre deformidad y, una vez recuperado, el paciente puede hacer vida totalmente normal y practicar deporte sin ningún tipo de problema.
La edad idónea para la reconstrucción auricular es a partir de los 9-10 años. Hasta entonces, la oreja sana está creciendo y debemos esperar a que termine su desarrollo. De esta forma, conseguimos que la oreja reconstruida tenga el mismo tamaño que la otra. Además, es entonces cuando el tórax del paciente tiene mayor madurez y la recolección del cartílago resulta menos compleja y más segura. No obstante, es importante recordar que, aunque la cirugía se realice a dicha edad, es necesario llevar a cabo un diagnóstico precoz, ver si existen otros problemas relacionados y hacer un seguimiento desde los primeros años de vida. De este modo, podemos ir marcando los tiempos de cada tratamiento.
Como vemos, el paciente presentaba una malformación congénita; no había desarrollado el pabellón auricular por completo. A esta malformación la llamamos microtia.
Para la reconstrucción de la oreja, tomamos cartílago de las costillas. Con este cartílago, podemos esculpir los relieves normales de la misma (imagen 2), obteniendo un resultado espectacular, mejorando la seguridad y autoestima de nuestros pacientes.
Generalmente, las reconstrucciones auriculares que se deben a una malformación congénita se realizan a partir de los 9-10 años, cuando la oreja sana ya casi ha terminado su crecimiento. El tórax no sufre deformidad y la cicatriz es mínima.
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