Las denominadas “deformidades faciales” surgen cuando uno o varios huesos de la cara (mandíbula, maxilar, mentón, pómulos, nariz…) se desarrollan de forma anormal. Estas alteraciones aparecen durante el crecimiento y se estabilizan al final del mismo. Pueden causar problemas de mordida, de armonía facial, trastornos de la articulación de la mandíbula, apiñamiento y pérdida de piezas dentales, problemas de encía, así como ronquido y apnea del sueño, entre otros.
La cirugía ortognática se encarga de corregir estas alteraciones cráneo-maxilofaciales y de la mordida mediante la colocación del maxilar y la mandíbula en una posición mejor. De esta forma, logramos que los dientes contacten correctamente y mejoramos la funcionalidad, la respiración y la estética del paciente.
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